A simple vista, la Catedral de Santa María de Tudela se muestra como un imponente conjunto monumental de origen románico y alma barroca. Pero quien cruza sus puertas descubre algo más que una joya arquitectónica: una caja de secretos, símbolos ocultos y leyendas que esconden susurros de doce siglos de historia. Si estás planeando una escapada a Navarra, esta catedral es una parada obligada... especialmente si te atraen los lugares que guardan más de lo que muestran.
Una historia entre sombras y luz
Construida sobre una antigua mezquita, la Catedral de Tudela comenzó a levantarse a finales del siglo XII. Pero lo interesante no es solo su cronología, sino los detalles que han sobrevivido al paso del tiempo.Declarada Monumento Nacional en 1884, deja patente la importancia y belleza de un edificio tan singular.
El claustro románico, considerado uno de los más bellos de España, fue restaurado cuidadosamente entre 2013 y 2015, devolviéndole su antigua gloria. Los 42 capiteles que aún lo conforman (de los 58 originales) no solo muestran escenas bíblicas, sino también figuras misteriosas: animales fantásticos, demonios, dragones y seres con expresiones grotescas que parecen susurrar advertencias desde la piedra.
El crónico enigma de la capilla de San Dionís
Desde la galería este del claustro románico se accede a uno de los rincones más enigmáticos de la Catedral de Tudela: la Capilla de San Dionís. Esta joya mudéjar de los siglos XIV y XV fue sede de una cofradía real. Aunque su ajuar original se ha perdido, aún conserva un artesonado policromado recuperado y un retablo barroco con el busto del santo, que guarda símbolos ocultos como el escudo de Navarra. Un lugar que habla de poder, fe y secretos por descubrir.
La mezcla de culturas y sus huellas invisibles
Tudela fue durante siglos un punto de encuentro de culturas: cristiana, judía y musulmana. La catedral es testigo de esa mezcla. En su arquitectura, en sus simbolismos, en los restos de la antigua mezquita sobre la que se erige y en ciertos elementos decorativos que, según algunos investigadores, podrían ser adaptaciones de motivos islámicos que, aunque no se mantienen en sus emplazamientos originales, siguen estando presentes en el templo como un recuerdo de su pasado.
Detalles que se escapan al primer vistazo
Las tres portadas de la catedral, entre las que destaca la del Juicio Final, no son meros elementos ornamentales. Cuentan historias, lanzan mensajes cifrados, representan la visión del mundo de una época en la que cada imagen era un código. Y, por supuesto, también sirven para maravillarnos hoy con su riqueza artística.
Explora Tudela desde el corazón de la Ribera
Tras recorrer los pasillos de piedra, detenerse ante los capiteles tallados y dejarse envolver por el eco del pasado, nada mejor que un descanso cómodo y con encanto. El Hotel Santamaría, situado a menos de 500 metros de la catedral, es el punto de partida perfecto para descubrir los secretos de Tudela. Con habitaciones confortables, atención personalizada y una ubicación estratégica, es ideal para disfrutar de la ciudad con todos los sentidos.
¿Listo para desvelar los secretos de la Catedral de Tudela? Ven y descubre una historia que se sigue escribiendo en piedra.